miércoles, 27 de abril de 2016

Se Dice De Reynaldo Zarraga


En el  reencuentro de algunas penas que no se ahogaron en aquellas botellas de vodka barato, se encuentra aquel mal llamado adulto joven, quien es el autor de algunos peculiares escritos cortos, y algo así como una mini-novela, cual se da forma a través de relatos de naturaleza frecuentemente bizarra… el escritor casual de aquella triste oda a la poesía pseudo-lésbica “en la intimidad del hogar” creo que así  le llama a su no-nata novelita, en la cual resalta la masturbación femenina como un acto de independencia del jovial machismo de nuestros libidinosos contemporáneos. Una modesta manifestación literaria de erotismo con pocas palabras intencionalmente rebuscadas, llegan al lector que se digne; suponiendo que alguien, en algún momento motivado por su ladillada curiosidad, se motivara y la leyera… Cuando se trata de formular palabras, es bastante bueno (a través de sus escasas publicaciones, queda demostrado) solo que rara vez el escritor en ciernes escribe algo, y prácticamente porque su amigo y editor se lo demanda.

Un poético y devoto hombre de color, que entre libros, series y videojuegos, se ha vuelto inevitablemente mayor, viviendo siempre a la tentativa de adquirir parafernalia que podría considerarse esotérica, con la única finalidad  de distraerse un poco fuera del margen de lo convencional. No es que se trate de un sádico moderador de goringa, solo que tras tanto años idolatrando a Stephen King , ha desarrollado un macabro gusto literario … Quizás nos encontramos en presencia del escritor del próximo  best seller “50 sombras lésbicas macabras” que quede claro, el tópico de su escritura radica en vivencias entrañablemente vinculadas a las mujeres que le gustan otras mujeres (lesbianas). En la codillera de los andes venezolanos, se podría decir que yace su innegable verdadera musa, esa que dio vida a intrincadas historias, narradas casi que monotemáticamente por él, historias las cuales quizás nunca lleguen a ser plasmadas en papel, mucho menos a ser publicadas en este tabloide decadente, para incentivar paulatinamente el morbo colectivo de algunos grupos retractores.


Limitado es el número de líneas que me permito para esta publicación, será para otra ocasión que continúe con la sátira definición del peculiar personaje que es mi colega y amigo Reynaldo Zarraga, alguien que ha pregonado durante casi una década, que el término “madurar” solo debe ser aplicado a vegetales y hortalizas, llegando así a la cúspide de la decadencia, en cuanto a crear consignas pro-frikis se refiere. Pero en fin así nos tratamos duramente los "escritores" que eventualmente "escribimos" o al menos hacemos el intento. 


Breymer Maza 

martes, 26 de abril de 2016

Se Dice De Breymer Maza


Atareado de hojas llenas de números y letras como una ensalada matemática y sin ningún sentido para el analfabeto del pueblo, pensando en voz alta sobre leyes físicas más que imperceptibles y sin ningún significado para el común de los mortales; estaba allí, el Hidalgo de la ingeniería, un homúnculo con el ingenio de un Tesla en desarrollo, la arrogancia de un Galileo, la pasión de un Hawking y la disfunción amorosa de un Einstein (2 noviazgos fracasados), una suerte de ornitorrinco de la física moderna digno de admiración, a veces divaga en cuanto a una fantasía, una opus Magnus, cuya protagonista es una mujer con amplios y complicados pensamientos femeninos sobre la sexualidad y el amor; dudosos de la masculinidad del escritor para quien no lo conoce, yo lo conozco, su frase: "es mejor un verdadero loco amigo, que cien falsos cuerdos".


Amante del romanticismo, y sin embargo no es un giacomo casanova en el amor, aun lleva el delirio y la frustración de un adolescente liceísta en plena pubertad pensando ¿Por qué no cojo tan seguido cómo el calvo cogedor de las porno?, la poesía callejera estuvo inoculada en sus venas por un tiempo (mercancía proveniente de España), solo quedo el efecto secundario, gusto por la música y el acento español con voz de pito que le precede, aun así es buena gente, le gusta escribir sobre amor y ternura disfrazado de elfos nocturnos en una jungla de asfalto a medio día, analítico psicológico como Hannibal, lector con una dieta baja en grasa literaria, no cree en la brujería y aunque de que vuelan vuelan, no cree que realmente vuelen; su meta trazada es la misma que de un maratonista con una dotación ilimitada de gatorade intelectual, aunque al igual que el maratonista no basta el gatorade, si no entrenas…pierdes. No es muy sociable, si el tema de conversación no lleva más de 140 caracteres de interés para su persona solo seguirá un continuo  “aja” “ta bueno mano” con despectiva indiferencia; yace a la espera de una joven que se acople a su cordura, mientras seguirá haciendo el amor con los libros de texto y engañándolos con su hija, su nocturna amante la electricidad al compás de la melodiosa voz de Adele, y quizás una masturbada físico-mental con Miranda Cosgrove o Chloe Grace Moretz; si, a veces tiene una fuga de cerebros, y no es de extrañar, de todas manera es humano.

Aún queda mucho por decir y sin embargo la hoja es pequeña, la crítica es más una comedia negra sobre la personalidad de mi compañero, amigo, editor y póstumo continuo recordatorio obligatorio de escribir para el blog; para los ausentes de conocimiento, no usar la palabra de otro como guía para sojuzgar, mejor es dirigirte a la persona y de cero empezar, pero en fin así nos tratamos duramente los escritores que eventualmente escribimos.  

Reynaldo Zarraga



lunes, 11 de abril de 2016

El Escritor Como Artista Contemporáneo

“El hecho de escribir no implica hacerlo bien”, cada quién desata sus maniatadas ideas como le plazca, el músico hace vibrar el aire con su tonada y el escultor desata violencia contra el mármol, dando paso a la belleza subjetiva; con el escritor pasa algo muy similar, revolotea en su mente un torbellino de ideas, o al menos eso dicen aquellos con el nivel de autocrítica un poco tocando el piso, lo confirman unos pseudo-escritores que…eventualmente escriben. No hay porque  ser muy duros con todos, hay quienes desarrollan toda una trama novelesca fácilmente catalogada de “Opus Magnus”, y no porque aquí se encuentre el mal llamado escritor de la no-nata “Enamorado De Una Mentira” voy a dejar de ser crítico compulsivo; son verdaderas obras de arte, escritura limpia, trama impecable, personajes atractivos, descripción detallista, mis felicitaciones al cocinero; otros tantos crean cosas variopintas, interesantes para no pasar momentos aburridos, aunque no dejan una muy buena y larga impresión, es algo así como un condón, lo usas y ya; que quede claro, esto va dedicado a aquellas novelas que no me interesa volver a leer. Bajando un escalón más están aquellos que solo leería como último recurso, cuando ya no queda nada mas, como un puesto de perro caliente a las 2 de la madrugada; claro, esto es solo mi opinión personal, cada cabeza es un mundo y en cada mundo hay una civilización, con sus propias peculiaridades que la define. No puedo ordenarte que leer o que escribir, la escritura es como el sexo, todo el mundo lo hace, pero no todos lo hacen bien, y la lectura como el voyeur, donde yo miro erotismo, tú ves violación y pornografía barata. Volviendo a la loca idea que le dio inicio a nuestro articulo amarillista en este tabloide decadente, hay escritores que literalmente se cagan en el arte de escribir, y con su vagina infectada paren un producto fofo, feo y carente vida vagamente literaria.




La tecnología y los libros, que pretenciosa se ha vuelto la tecnología, que osada, intenta suplantar a los libros, no tengo nada en contra de los así llamados “textos electrónicos” aunque jamás me limpiaría el culo con una Kindle, tal vez si con el new york times; (Posdata.: mi culo adora estar bien informado) los libros electrónicos, así como la inseminación artificial, es una maravilla para el mundo, aun así son de mi preferencia los libros en físico, así como la forma tradicional de hacer bebes. Textos electrónicos, el nuevo mercado en línea, son más baratos, fáciles de llevar, puedes tener una biblioteca en 15 cm de LCD, más estos son carentes de toda vida. Sin embargo los libros de tapa dura, aquellos con un aroma añejado como licor de tonel de roble, nos recuerdan lo bello que es la lectura, sin tantos fotones que nuestras mentes torturan. Me resulta irónico saber que hoy en día ya está disponible en versión digital, el ingenuo Hidalgo Don Quijote de la Mancha, las obras del visionario Verne, o el ingenioso deseo que transmite Lolita; siendo esta última, la base del erotismo literario sin rayar en la pedofilia, y no todas esas sátiras escritas para que se masturben esas amas de casas desesperadas…y niñas colegialas promiscuas. Así muchas otras grandes obras, escritas a mano, puño y letra luchando con tinta y papel contra el tiempo, corrompidas por códigos binarios. El lector contemporáneo nacional puede llegar a pensar que el escribir es una MIERDA, nadie lo aprecia y no es algo rentable. Nuestras “apáticas” editoriales lo demuestran, al afirmar que el venezolano común no es precisamente un buen lector, si no está en las redes sociales ¿Por qué debo leerlo yo? eso sería pedir demasiado de seres carentes de cultura general. Yo personalmente discrepo de este pensamiento, en mi tierra muchos aun leemos, siquiera una novela corta o un cuento que podría considerarse infantil; pero leemos, de diferentes maneras, algunos deambulan inmersos en sus teléfonos celulares (señoritos que piden té en los bares), otros atesoramos el contacto de nuestras manos con un libro. Cada quien tiene su modo, pero aun así  practican el buen habito de la lectura compulsiva.


Siempre es la misma historia, todos inmersos, casi que encadenados a la televisión, formando parte de esta bien planeada demagogia, que ha vuelto como un hecho atípico, alzar la voz y escribir algo en tono crítico. Es más que lamentable encontrar personas, que al escuchar la palabra “novela”, automáticamente la relacionen con televisión, son esas mismas personas que motivadas por su ignorancia colectiva, suele decir que los libros son basados en películas. Cada día se lee menos (algo que es lamentable), por consiguiente también se piensa menos, en los salones de clase se educa menos y poco a poco se vive menos; porque leer también en vivir historias que con el pasar del tiempo se logran sentir como propias… Quien hoy escribe, estará mañana entrañablemente vinculado a quien ayer leyó, ese que le enseñó (no a sabiendas) la importancia del escritor como artista contemporáneo.



           Breymer Maza - Reynaldo Zarraga



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