Una canción, solo con escuchar nuevamente una canción se pueden recordar muchas cosas... Esa musa hermosa, cuyo mayor encanto no se podía apreciar a simple vista, pero sus ojos color cafés y su titubeante hablar daban tantas pistas, que realmente verla aquel día fue para mi toda una conquista.
"Quiero ver que me lleves donde vos estas
Y me guíes donde caminas
Luminoso ser puedo verte
Enséñame un poco más de amarte
Enséñame un poco más de verte
Quiero disfrutar de hoy tenerte..."
Era un monótono día como cualquier otro, tan aburrido y desesperanzado como suelen ser cuando la vida se te escapa sin saber. Un calor asfixiante maltrataba aún más nuestra escasa moral, sueños rotos por doquier y el optimismo al nivel del suelo; si, la carretera vieja Charallave - Ocumare, sector Paso del Medio, es así, un lugar donde por lo general no pasa nada interesante. Quizás fue la música a todo volumen en sus auriculares, o el peculiar hecho de estar cantando aquel reggae de Los Cafres, pero una pregunta surgió : ¿Que tipo de música te gusta escuchar?.
Eso si fue realmente oportuno, hubo una respuesta que dio cabida a mas "peguntas sin ser preguntas", lo cierto es que en ese preciso instante comenzó una historia hilarante, que de haberla contando antes no hubiera sido tan importante. Sus miradas hacia mi eran fugaces, las mías hacia ella penetrantes, es que nunca antes me había topado con la autentica belleza objetiva, esa platónica que nos motiva a seguir conociendo ya que mejora en función del tiempo. Sueños indecorosos sobre besos apresurados acompañaron mis últimos días de secundaria, aquel si que fue un lindo amor de verano, tan anticatólico que resultó algo pagano.
El miedo rápidamente se convirtió en una entrañable confianza donde las dudas se desvanecían, ya que sin que ella preguntara yo le respondía. Fue así como las horas se volvieron días, los días se volvieron meses, y si volver en el tiempo pudiese, no hay forma de que en aquella primera cita yo no la bese; plenitud, alegría y emoción, un tierno e inocente beso con los ojos entrecerrados iluminó su corazón, y casi hace colapsar el mio.
"Hoy quisiera que el tiempo se detuviera en eterno presente, ser testigo y cómplice autor del motor de este amor..."
Eventualmente la observaba sin decir palabra alguna, su rebelde cabello castaño oscuro me hizo querer olerlo tantas como veces; recuerdo que comenzaba por la parte posterior de su cuello, y tras recorrerlo lentamente concluía dándole un beso en la frente. En su vocecita de niña consentida encontré un hechizo inquebrantable al cual me até dejando que mi mano se instalara en la suya mientras que la escuchaba soñar despierta con todo lo que quería hacer, tener y conocer en esta vida.
La preciosa chica de la guitarra que tocarla bien sabia, componía con sus pequeñas manos canciones tan llenas de emociones que me cautivaban con esa pasión, la intensidad del primer enamoramiento, el primer amor que hacia latir fuertemente nuestros corazones. Como no la iba a querer, si de tanto verla pude ver lo simple y desnuda de alma que ella estaba, y como lo expresaba a través de la música que tanto le gustaba escuchar o cantar a todo volumen, independientemente de que su voz no fuese la mejor, ella lo hacia por amor, por vivir cada momento con sublime percepción.
"Momento de tan sublime diferencia
De tan sublime transparencia.."
Me encantaba toda ella, aún más desarreglada, sin maquillaje, totalmente despeinada, yo la elogiaba afablemente, recogía su cabello con mis manos mientras que a besos maquillaba los contornos de su cara recién levantada por las mañanas cuando en su casa la visitaba. No quiero sonar grosero, pero debo admitir lo mucho que me encantaba agarrarle el trasero a esa flaquita; hoy por hoy el recuerdo de sus nalgas redonditas de mi mente aun no se quita.
- Breymer Maza
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